No sé si os ha pasado, pero cuando se hace un escrito académico sucede un hecho muy curioso a la par que irritante, y es que, cuanta más paja contenga el texto, mejor escrito está.
Entendiéndose paja como esas palabras que se incluyen y que no aportan contenido, están para adornar y cargar el texto.
Según los académicos esto no es paja sino que es darle al texto un toque literario, que fluya y no parezca un telegrama. Por eso le incluyen mil y una frases de relleno con palabras que difícilmente utilizaríamos en la vida cotidiana, pero claro, esto es un trabajo académico.
A mí esto me cuesta la vida, ya que es algo que no comprendo. Jamás me ha gustado la paja, repetir lo mismo una y otra vez, pero cambiando las palabras solo para adornar el texto.
Me aburre y me cansa, hace que el leer se convierta en algo interminable, tanto en textos de ficción como de no ficción, que conste.
No puedo evitarlo, me gusta ir al grano, sin dar rodeos, sin repetirme.
Si ya te he dicho arriba que voy a hablar de marketing digital, no tengo que volver a decirlo 80 veces, por mucho que sea para unir los párrafos, se supone que se sobreentiende (NO).
Pienso que esto está más relacionado con que yo no sé redactar de forma correcta que otra cosa, siempre voy rápida, vomitando casi las palabras, sin fijarme en las cosas, y esto implica enfocarse mucho en cada una de las palabras, y yo paciencia no tengo, pero no me queda otra.
Así que, queridos lectores, si alguno está pasando por este trance, mucho ánimo que ya nos queda menos.